SILVIA, amiga de la Fundación ADVENTUM Onlus

En mi relación con la Fundación ADVENTUM, encontré una fuerte «humanidad», en el sentido ya perdido de un sentimiento de comunidad entre individuos (esa humanidad y fraternidad que con demasiada frecuencia olvidamos, atrapados en nuestra vida cotidiana).

Mi percepción fue principalmente una bienvenida, una especie de «sentirse como en casa». Acogido sin prejuicios, con franqueza y comprensión por parte de Annalisa, me sentí a gusto.

Empatía humana y escuchar mis problemas y sobre todo resolverlos.

Por eso, aunque sea en pocas líneas, quiero expresar mi gratitud a ADVENTUM y mi alegría por saber que en esta sociedad desestructurada hay personas capaces de aportar a los demás esos valores positivos que nos ayudan a seguir adelante a pesar de las dificultades, a superarlas y a encontrar la serenidad.

Gracias y sigan así.

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