Educación financiera

La Fundación Adventum también participa en la sensibilización y la formación promoviendo acciones destinadas a educar a la población en la legalidad y el uso responsable del dinero.

Sedirige especialmente a las generaciones más jóvenes, mediante el lenguaje artístico del teatro y talleres interactivos, reuniéndose con estudiantes de secundaria para hablarles de la prevención de la usura y de cómo una gestión adecuada del dinero es la clave para evitar ambas cosas.

Proyecto «El otro lado de la realidad

Niños de varios institutos de Roma vivieron una Escuela de Teatro con el Grupo Eleusis, en colaboración con la Fundación Adventum y el Ambulatorio Antiusura, sobre el tema de lausura y eluso consciente del dinero.

Los propios chicos escribieron y pusieron en escena una obra titulada «El otro lado de la realidad».

Descubra los proyectos de educación financiera en los que participan los centros escolares

Descubra los proyectos realizados con motivo del Mes de la Educación Financiera

El Comité para la planificación y coordinación de actividades de educación financiera promueve cada año, a lo largo del mes de octubre, la «Mes de la Educación Financiera«iniciativas y actos, gratuitos y de calidad, sin fines comerciales, para aumentar los conocimientos básicos sobre seguros, seguridad social y gestión y planificación de los recursos financieros personales y familiares. Conocimiento indispensable para la serenidad en el presente y el futuro.

Infórmese sobre otras asociaciones del país que colaboran con el Ministerio de Hacienda, de conformidad con el artículo 15 de la Ley 108/96, a través de la página web

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Según la definición de la OCDE, «la educación financiera es un proceso mediante el cual los consumidores, ahorradores e inversores mejoran su comprensión de los productos financieros y de los conceptos que los sustentan, y mediante la instrucción, la información, el asesoramiento desarrollan actitudes y conocimientos para comprender los riesgos y oportunidades de tomar decisiones con conocimiento de causa, dónde obtener apoyo o ayuda para tomar esas decisiones y qué medidas tomar para mejorar su situación y nivel de protección».

La preparación financiera de los ciudadanos es un elemento esencial para la prosperidad económica de un país y resulta tanto más imprescindible si contribuye a su difusión una acción sinérgica que implique a todos los actores del sistema económico: reguladores, industria bancaria y financiera, medios de comunicación, sistema educativo y asociaciones de consumidores. Por otra parte, aunque las intervenciones normativas y formativas organizadas a nivel comunitario e institucional aumentan constantemente, en nuestro país la cultura financiera, entendida sintéticamente como la capacidad del ciudadano medio de saber desentrañar con facilidad los instrumentos financieros más extendidos, sigue siendo un objetivo por adquirir. En los últimos años se ha producido un aumento de la complejidad de la orientación y las elecciones financieras de los ciudadanos, debido a los profundos cambios en el sector de los servicios financieros para hogares y empresas, con una oferta cada vez más segmentada y especializada y una gama de productos (cuenta corriente, cajero automático, tarjeta de crédito, hipoteca, préstamo personal, responsabilidad civil del automóvil, responsabilidad civil del cabeza de familia, seguro de vida y accidentes, seguro de enfermedad, ahorro/inversión) que, ahora generalizados, a menudo se eligen de forma imprudente e inoportuna. En este contexto, es necesario activar y alimentar un nuevo frente de alfabetización que ayude a los ciudadanos ahorradores a adquirir las nociones económico-financieras indispensables para gestionar mejor sus recursos. Para ello, hay que actuar en dos frentes: por un lado, estos temas deben presentarse como un elemento central en el crecimiento diario de nuestros alumnos, para permitirles desarrollar una mayor conciencia con el fin de tomar las mejores decisiones para su futuro, convirtiéndose en ciudadanos responsables; por otro lado, son los propios profesores quienes deben adquirir las nociones necesarias para introducir estos temas en la vida escolar cotidiana, para profundizar en los temas básicos de la economía en el aula, haciéndoles percibir su vida cotidiana y cómo se difunden en la vida de todos.

La alfabetización económica y financiera sigue siendo el talón de Aquiles de nuestro país. Una encuesta de Standard & Poor’s revela que Italia se encuentra a la cola de los países avanzados, ya que casi dos de cada tres italianos son incapaces de responder correctamente a preguntas elementales sobre temas económicos y financieros. Nuestro país ocupa el último lugar entre las economías del G7 en cuanto a cultura financiera. Y nuestros estudiantes ocupan el penúltimo lugar en un estudio de la OCDE entre 18 países.

En los últimos años se ha hecho algo, pero sigue siendo insuficiente. Con una modificación del decreto «Ahorra Ahorro» de 2017, que destinó un millón de euros, se creó el Comité de Planificación y Coordinación de Actividades de Educación Financiera, presidido por la economista Annamaria Lusardi, más diez miembros designados por el Ministerio del Tesoro, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Desarrollo Económico, el Ministerio de Trabajo, Bankitalia, Consob, Ivass, Covip, Ocf y el Consejo Nacional de Consumidores y Usuarios. El objetivo es «planificar y promover iniciativas de sensibilización y educación financiera para mejorar de forma apreciable las competencias de los ciudadanos italianos en materia de ahorro, inversión, pensiones y seguros».

Hasta la fecha, la oferta de educación financiera en Italia está creciendo, pero sigue siendo fragmentaria. Hay más de 250 agentes implicados y otras tantas iniciativas, pero se trata de experiencias relacionadas con individuos. Iniciativas experimentales y no estructurales, que es lo que necesitamos. Empezando precisamente por la introducción de la educación financiera en los programas escolares, al mismo nivel que asignaturas como matemáticas, italiano o inglés. La OCDE recomienda desde 2005 que la escuela sea un canal privilegiado de educación financiera. Esto es para futuros ahorradores. Pero también hay que pensar en los que ya son adultos, con iniciativas que protejan y orienten las opciones de inversión.

Entre otras cosas porque, como se explica en un artículo escrito por Lusardi, junto con Pierre-Carl Michaud y Olivia S. Mitchell, publicado en el Journal of Political Economy, entre el 30% y el 40% de la desigualdad en términos de riqueza acumulada a lo largo de la vida puede explicarse por diferencias en los conocimientos financieros. La eliminación de las desigualdades también pasa por la educación financiera en la escuela. ¿Por qué no introducirlo?

Para más información, visite el sitio web del Ministerio de Economía y Hacienda.