A partir de nuestra experiencia en consultoría acumulada durante más de 25 años, nos dimos cuenta de que muchas personas no tienen un conocimiento claro de sus gastos y, por tanto, de sus ahorros. En el mejor de los casos, los usuarios apenas conocen el saldo y la evolución general de la cuenta corriente. Pero si no sabemos cómo gastamos nuestro dinero, será difícil hacer ajustes para corregir una situación compleja.

Seguimiento de gastos

En estos casos, el primer consejo es llevar un registro de ingresos y gastos, para entender cómo va nuestra situación financiera. Por supuesto, esta actividad, además de aburrida, ocupa parte de nuestro tiempo libre. Pero hay tecnología que viene a rescatarnos. Los pagos electrónicos y digitales nos permiten llevar un control en tiempo real de los gastos que realizamos, sin tener que transcribir los ingresos y gastos con lápiz y papel.
Esto nos permite saber en todo momento cómo estoy gestionando el dinero y cotejarlo con el presupuesto mensual que me he fijado.

¿Qué se puede hacer?

Una vez resuelto el primer problema, el siguiente paso consiste en conocer dos aspectos fundamentales:
– ¿Cuál es el importe de mis gastos?

– ¿Qué gastos tengo?

Control del gasto.

El seguimiento de los gastos se convierte, por tanto, en un aspecto clave para poder determinar cuánto podemos ahorrar mensual y anualmente, con el fin de saber qué gastos podemos reducir para aumentar el ahorro.

Así que el consejo de hoy es: sé consciente de lo que gastas.

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