Sin duda, la mejor manera de gastar lo que se gana es en experiencias. Los objetos dejan tiempo para ser encontrados, mientras que las experiencias te hacen más feliz y te permiten tener menos dudas a la hora de gastar.
Es mucho más barato gastar nuestro dinero en algo bonito que recordar, que en compras de bienes concretos; esto nos hará sin duda más felices. Desde hace varios años, una corriente de psicólogos intenta demostrar que tener una experiencia provoca mayor bienestar en nuestra mente que la posesión de objetos.
El concepto básico es que invertir en recuerdos nos llena más que un día de compras compulsivas. Todo parte de la idea de que comprar experiencias, como un viaje, unas vacaciones, un concierto, un espectáculo, nos aportamucha más felicidad que, tal vez, comprar un vestido nuevo, un objeto que nos gusta, un accesorio de moda.
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